jueves, 26 de enero de 2012

Sentimientos!




Las cosas que más admiro en un niño es, su sinceridad y la forma que tienen de expresar sus sentimientos.
Cuando eres pequeño no tienes ningún reparo en decir lo que piensas, claro está, que no siempre esto es bueno pero, con el paso del tiempo, la gran mayoría mentimos y nunca decimos verdaderamente lo que pensamos. Esto es aun peor que lo anterior. Pero lo  más importante de todo, es la tendencia que tenemos a esconder los sentimientos. Cuando crecemos nuestras mentalidades cambian, y empezamos a pensar que si expresamos lo que sentimos somos débiles. En ese preciso instante empieza una gran lucha interior. No en todas las situaciones podemos esconder  las emociones.
Yo simplemente te digo que expreses lo que sientes. Sinceramente todo te ira mejor.

miércoles, 4 de enero de 2012

lunes, 2 de enero de 2012

Una bonita forma de empezar!






Se encontraba sola en medio de una plaza llena de gente.  Entre la multitud buscaba una cara conocida, pero no lograba encontrar ninguna. Su desesperación iba en aumento y deseaba rendirse. Un mar de sentimientos la ahogaba, pero debía continuar la búsqueda. Empezó a andar mucho más rápido, cuando de repente, tropezó con alguien, levanto la mirada y se encontró con unos ojos que  para ella, eran los más bonitos que jamás había visto. Hacía tiempo que no se encontraba con esa mirada tan intensa, pero nunca había dejado de recordarla. Él la miraba expectante y  por su sonrisa era evidente que también se alegraba de verla.

El reloj avisaba de que solo faltaban un par de minutos para las doce, y eso significaba que en breve comenzaría un nuevo año. Él le dijo al oído que quería quedarse junto a ella, y por supuesto esas palabras le alegraron mucho, pues había encontrado a alguien conocido y más aun, a la persona que en realidad buscaba.

 Por fin, las varillas del gran reloj del campanario de la plaza marcaron las doce, justo en el mismo momento en que los dos se fundían en un beso. En medio de esa plaza abarrotada de gente brillaban más que ningún otro, pues la felicidad que sentían era inexplicable. 

Esta vez, su forma de empezar el año fue peculiar, ya que no hicieron lo que marca la tradición, esta vez no comieron uvas, sino que empezaron el año el uno con el otro, comiéndose mutuamente, en ese beso que marcaría el principio de su historia.