Su vida avanzaba como avanza el agua del río hacia el mar. A
lo largo del camino recorrido, había participado en muchas batallas; algunas
contra el amor y otras como su aliada. En ocasiones, luchaba por no rendirse a
sus encantos y otras veces, por no dejarlo desaparecer.
Muchas habían sido las derrotas y las heridas causadas pero
a pesar de todo, seguía avivando su espíritu y mirando al frente para seguir
avanzando. Sin embargo, como a cualquier persona le sucede, algunas veces su
ánimo decaía y sus deseos por abandonar se incrementaban. Pero ella nunca se
dejaba vencer por estas emociones y en cuestión de segundos las hacía
desaparecer y seguía su camino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario