Miro el cielo en esta noche estrellada. Tengo la esperanza de
encontrarte allí arriba, mirándome con ojos tiernos y cariñosos. Echo tanto de
menos tu sonrisa. Pero, ¿cómo echar de menos algo que nunca he conocido? ¿qué nunca ha estado a mi alcance? no puedo explicarlo, solo he tenido ocasión de
verla en mis sueños, y ahora que se ha desvanecido la echo en falta.
Me pregunto cómo será estar en tus brazos y como de cálidos serán tus
labios… Tengo la certeza de que cuando tu mirada se cruce con la mía sabré
reconocerte, pero tengo miedo de no encontrarte nunca y además, el amor es tan
complicado que no se si quiero enamorarme, muchas veces lo deseo y otras me
alegro por no haberte encontrado todavía, incluso en ocasiones temo ese
momento.
¿Cómo me contradigo verdad? Primero soy valiente y quiero enfrentarme
a los retos del amor. Al segundo soy una cobarde y ya no deseo encontrarlo. Supongo que los seres humanos somos así por
naturaleza, valientes y cobardes, todo junto en un mismo ser, no puede existir
una sin la otra, porque la cobardía hace a las personas valientes. Cuando
alguien se enfrenta a sus miedos, es cuando de verdad está siendo valiente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario