Jamás pensé que podría llegar a echar tanto de menos.
Yo apenas tenía 15 años cuando lo
conocí, el era algo mayor, de ojos distraídos y tez morena. Nos
conocimos a orillas del mar, aquel mar que tantos recuerdos me trae.
Era una mañana calurosa, soplaba un viento caliente, uno de esos vientos
que quema cuando roza tu piel. El, estaba simplemente a unos centímetros de mí,
me miro, me dedico una sonrisa fascinante y poco a poco se acercó.
-Bonita mañana verdad?
-Si, es preciosa y el mar está completamente en calma.
-Si, aun duerme
Era increíble, nunca había visto a nadie como él. Mientras pensaba en lo
bonito que era ese momento, pronuncio las palabras que yo ,sin haberme dado
cuenta, me moría por escuchar…
-Te apetece dar un paseo por la orilla? El agua esta
templada y produce una agradable sensación al rozar con la piel.
No sabía cómo responder aunque la respuesta era sencilla, bastaba con un
sí. Me miraba expectante y al fin le di mi respuesta.
Empezamos a andar tranquilamente. Hablábamos, reíamos, suspirábamos…. Y sin
darnos cuenta algo empezaba a nacer entre nosotros…
No hay comentarios:
Publicar un comentario